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EL EGO

El EGO es una  distorsión de  la realidad, una persona con problema de ego suele ser desagradable, egoísta, maliciosa, destructiva, tiende a juzgar negativamente a los demás.
El ego necesita continuamente dar buena imagen ante la sociedad, carece de humildad.
Es como una ilusión un fantasma que pretende situarse por encima de los demás. La opinión que se tiene de sí mismo esta distorsionada, el verdadero yo se aleja y conocerse a uno mismo se complica.
Las personas que viven dominadas por el EGO están engañadas, se creen superiores y no ven la realidad, es un error de pensamiento que intenta hacer una presentación de como a usted le gustaría ser, en vez de como es en realidad. Es una máscara social, un papel que nos aleja cada vez más de lo que somos de verdad.  
Esta mascara necesita halagos aprobación de los demás, necesita tener el control de las situaciones y personas, quiere tener el poder porque en lo más profundo de su ser hay temor y necesita creerse superior para disimular su verdadero sentimiento de inferioridad.

El EGO es como un personaje que se va creando, se aleja de la sencillez y se caracteriza por la complicación, es como una actuación del ideal una falsa autoestima que se necesita proyectar para que nadie vea la gran inseguridad que se esconde en el interior.
 

Los 9 pasos para aumentar la Vibración

La vibración es el movimiento interno que tiene cada ser o cuerpo,  desde la célula, hasta el astro y el universo todo está en vibración constante. La vibración de todo cuerpo puede ser captada y en especial la humana, también la de las plantas, piedras y animales.
El Aura que sería: Un campo electromagnético que rodea a cada ser, está compuesto por numerosas líneas de fuerzas que crece y decrece, emite y recibe ondas como todo lo que existe, su sustancia es de la naturaleza de la Luz, es decir, es ondulatoria. Su volumen es variable, así como también lo es su color.

El termino tan famoso hoy en día Vibración, ya era conocido por las culturas antiguas, de dónde se dio a conocer por medio del gran sabio y maestro "HERMES TRIMEGISTRO" , en sus enseñanzas del "KYBALION" sobre los 7 principios de verdad del Universo, en el tercer principio de estos: EL principio de Vibración que dice "Nada está inmóvil ; todo se mueve; todo vibra"; Este principio encierra la verdad y explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de las fuerzas, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios.

Desde el Todo, que es puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración.


En la actualidad el ser humano está en un estado de vibración de 35.000 átomos ciclo por segundo que depende de su frecuencia de vibración que sería la velocidad de rotación y amplitud del electrón alrededor del átomo, o sea, a mayor velocidad y amplitud del electrón alrededor del átomo, mayor frecuencia vibratoria y a menor velocidad y amplitud del electrón alrededor del átomo, menor frecuencia vibratoria, la menor frecuencia vibratoria podría representarse con el color negro y la mayor por el color blanco, que representa la máxima pureza, el estado del espíritu. Por los actuales cambios, tanto físicos como internos que está experimentando el hombre, ya todos aprobados por la ciencia , queriendo decir que estamos en una época donde estamos subiendo la vibración y estamos pasando de tener una conciencia tridimensional de captación de la forma a una quintudimensional; estamos despertando una conciencia cósmica, es imperativo realizar una preparación tanto física como espiritual , en la cual se suba la frecuencia vibratoria de 35.000 ciclos a 50.0000 o 70.000 ciclos átomo por segundo, para ayudar al despertar del hombre de esa conciencia cósmica y para adecuarse a los cambios que se están sucediendo que son inevitables e imparables, no son ni malos ni buenos , solo forman parte de la evolución del hombre y del planeta.

Para subir nuestra actual frecuencia vibratoria, tenemos estos nueve pasos, tenga en cuenta que solo se sube la vibración practicando constantemente, no espere cambios de hoy a mañana, tenga cuidado de no caer en excesos ni fanatismos, practiqué muy suavemente y si es posible investigue y busque la asesoría de alguien calificado en dicho tema.

Los 9 pasos a seguir son:

1. Ayuno (Purificación)

2. Alimentación (Sana y equilibrada)

3. Coherencia (Pensar, Decir y Actuar)

4. Respiración (Revitalización)

5. Oración (Hablar con DIOS)

6. Meditación (Escuchar a DIOS)

7. Manejo Energía Sexual (Ternura y Amor)

8. Mantralización (Canto a la Creación)

9. Vivir en el Eterno Presente (Aquí y Ahora)




Compartiendo Luz


Hu-Song, filosofo del lejano Oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:

"... Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así compartiendo la llama con todos la caverna se iluminó".

Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song:

¿Qué nos enseña, maestro, este relato?
Y Hu-Song contestó: Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.

"El compartir nos enriquece en lugar de hacernos más pobres"
"Los momentos más felices son aquellos que hemos podido compartir"
Que Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro lado.

La verdadera amistad. Es flor, que se siembra con honestidad se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión
Si una vela enciende a otra,
Y así pueden llegan a brillar miles de ellas.
De igual modo si iluminas tu corazón con amor,
Puede que ilumines a otro corazón,
Así se puede llegar iluminar a miles de corazones con amor.


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La luz de dios me rodea
El amor de dios me envuelve
El poder de dios me protege
La presencia de dios me protege
La presencia de dios vela por mí
Donde quiera que estoy, esta dios

MEDITACIÓN ZEN

Nuestra mente es a menudo parecida a un océano agitado en el que continuamente se agitan las olas de su actividad incesante: emociones contradictorias, pensamientos variados, sensaciones, expectativas, etc. La sociedad de consumo que sufrimos dirige nuestra atención hacia la realidad externa, en pos de la adquisición de bienes y de información. La industria del deseo excita nuestras ansias mostrándonos una zanahoria ilusoria magníficamente presentada por las agencias de publicidad. De esta manera nuestras días transcurren, año tras año, al mismo tiempo que la serenidad interior y el verdadero estado de felicidad se alejan cada vez más de nosotros.
En contraste, nuestro mundo interno permanece en la sombra. Nuestra mente es también como un jardín secreto abandonado en el que las zarzas y las malas hierbas, (los pensamientos obsesivos, las emociones perturbadoras, etc.), crecen por doquier. Resultado de ello es un estado mental y emocional confuso, agitado, en definitiva, insatisfactorio. Sentimos malestar pero no sabemos lo que nos pasa.
Para saber lo que nos pasa no tenemos más remedio que mirar dentro de nosotros mismos, comprendernos a nosotros mismos, hacernos íntimos con nosotros mismos, clarificar nuestras aspiraciones, simplificar nuestros deseos y encontrar el verdadero propósito de nuestra existencia. Esta es la mirada interna, el gran regalo que la meditación tiene reservado para cada uno de nosotros.
http://www.planetaholistico.com.ar/Buda/Buda5.jpgLa meditación zen, es una práctica espiritual muy antigua que fue actualizada y utilizada por el Buda como vía de acceso a un estado existencial caracterizado por una profunda serenidad y una lucidez aguda, gracias a las cuales pudo realizar la verdadera naturaleza de la existencia y liberarse así de las falsas representaciones creadas por la mente ilusoria.
La agitación mental viene dada por la dispersión (desenfoque) de la atención. Lo primero que tenemos que hacer al comenzar una sesión de “zen” es, pues, calmar la agitación mediante la concentración (enfoque) de la atención. Para ello, en primer lugar, enfocamos la atención sobre la postura corporal. Creamos una base corporal sólida. Sentados sobre un zafu (cojin), doblando las piernas en loto o en medio loto, de forma que las dos rodillas en contacto con el suelo, formen una base estable sobre la que pueda erguirse el tronco. Estiramos bien la columna vertebral. Relajamos los hombros. La cabeza permanece justo sobre los hombros, sin inclinarse hacia delante, detrás, izquierda o derecha. Dejamos caer los brazos a lo largo del cuerpo y disponemos la mano izquierda sobre la mano derecha, ambas pegadas al bajo vientre.
Una vez que nos hemos cerciorado de que la postura corporal es correcta y equilibrada, enfocamos la atención sobre la respiración. Enfocar la respiración sobre la respiración no quiere decir "controlar" la respiración. La respiración no necesita ser controlada. Sucede por ella misma. La inspiración sucede a la espiración y ésta a la inspiración siguiendo un ciclo natural en el que la voluntad de manipular sobra. Simplemente permanece atento a la respiración como si tu atención fuera un corcho que flota sobre las olas de la inspiración y de la espiración. Eso sí, no dejes que tu atención sea atraída por nada que no sea la respiración. No luches contra las distracciones. Simplemente enfócate con determinación sobre la respiración. De esta forma, naturalmente, automáticamente, inconscientemente, tu actividad mental se calmará.
Cuando la superficie del agua de la mente está agitada es imposible observar el fondo. Todo se vuelve confuso. Sin embargo, cuando la superficie se ha calmado entonces puedes observar claramente el fondo y sus contenidos.
Una vez que sientas que tu mente se ha aquietado gracias a la concentración sobre la respiración, puedes abrir el campo de la atención gracias a la observación. Los principiantes deben ser muy cautelosos a la hora de pasar a la observación y deben asegurarse de que el nivel de concentración, o quietud, no sufre mengua.
Cuando una ola se levanta, otras muchas la siguen inmediatamente y de esta forma puedes encontrarte de pronto en un mar agitado, zarandeado por las olas del apego y del rechazo.
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La observación sólo puede tener lugar desde la ecuanimidad de la concentración. Si sientes que estás perdiendo la ecuanimidad, debes abandonar inmediatamente la observación y volver a enfocar tu atención sólo en la respiración, de forma que la concentración y la quietud que la acompañan sean reforzadas. La concentración (ecuanimidad) es el submarino mono-plaza que proporciona la protección necesaria para explorar (observar) la riquísima fauna y flora de nuestra conciencia, sin peligros.

Si tu concentración es notable y durante un espacio de tiempo aceptable has estado explorando la riqueza de la actividad sensorial de tu mente, puedes dar un paso más y enfocar tu atención en tus actitudes emocionales. La amplia gama de emociones que los seres humanos somos capaces de experimentar tiene tres raíces principales: el rechazo y toda su familia (aversión, odio, antipatía, malevolencia, etc); el apego y toda su familia (aferramiento, simpatía, identificación, etc.) y la indiferencia y toda su familia (desinterés, etc.)Como se ha dicho ya, el rechazo suele acompañar a las sensaciones y pensamientos que la mente considera desagradables. El apego viene acompañando a las sensaciones y pensamientos considerados agradables y la indiferencia acompaña a las sensaciones y pensamientos considerados neutros.
Observar las actitudes emocionales a través de las cuales percibimos la realidad es una práctica sutil y difícil que necesita una cierta experiencia y un poder considerable de ecuanimidad. Se trata de tomar conciencia del color de las lentes a través de las cuales percibimos la realidad y, en la mayoría de los casos, una mente no entrenada es incapaz de discernir la realidad objetiva de su percepción subjetiva. Gracias a la práctica de la observación de las actitudes emocionales, la mente misma puede verse a sí misma con mayor objetividad y liberarse de las lentes coloreadas o, al menos, tomar conciencia del color (la deformación) a través del cual está percibiendo. Esta práctica genera una mayor ecuanimidad emocional y libera a la mente del péndulo extremo entre el apego ciego y el rechazo visceral.

Si tu práctica evoluciona naturalmente a lo largo del tiempo, tarde o temprano te enfrentarás a la paradoja del observador observado.
Una vez en este punto, ya no podemos decir a ciencia cierta si es el observador el que observa la realidad o es la realidad la que observa al observador.

"Miro la flor, Y la flor se ve a sí misma a través de mí. La flor me mira Y me veo a mis mismo A través de ella".

Más allá del observador y de lo observado
Tu conciencia (la conciencia que el mundo toma de sí mismo a través de ti) no es tuya. Carece de propietario. Su naturaleza es su propia luz, gracias a la cual la realidad es lo que es en cada momento. Si has llegado hasta aquí tu mente iluminada verá que las cosas son lo que son y las aceptarás plenamente tal y como son. Si no has llegado hasta aquí, las cosas son lo que son aunque no lo veas ni lo aceptes.

Luz y sombra
Si te has sentado en zazen buscando la luz del espíritu no te extrañes si te encuentras de frente con tus propias sombras, con los aspectos más recónditos de tu inconsciente que permanecen ocultos a tu propia conciencia ordinaria. Un viejo maestro zen dijo: "La luz existe en la oscuridad, no veas sólo oscuridad. La oscuridad existe en la luz, no veas sólo luz. Luz y oscuridad depende la una de la otra como el paso de la pierna izquierda depende del paso de la pierna derecha". La toma de consciencia de tu propia oscuridad y la aceptación de la misma son requisitos básicos para comenzar a poner un poco de luz en la sombra. De la misma manera que el reconocimiento de la propia ignorancia es el comienzo del camino hacia la sabiduría, el reconocimiento de la propia sombra es el comienzo del camino hacia la claridad. Cuida de no caer en actitudes extremas: no creas que por haber clarificado un par de cosas ya lo has clarificado todo, no creas que por qué has encontrado zonas oscuras, toda tu mente es oscuridad. La oscuridad existe gracias a la luz que la percibe.
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La guía
Esta guía para la meditación zen es como un pequeño mapa introductorio. Sin embargo, las instrucciones directas de un maestro zen son imprescindibles. La meditación zen es mucho más que una técnica de meditación y ni siquiera un grueso manual puede suplir la enseñanza directa de un maestro zen, de persona a persona, de corazón a corazón.
A la hora de abordar una sesión es importante cultivar cuatro actitudes básicas:
1. Actitud corporal. La posición corporal debe combinar dos aspectos: estabilidad y vigilia. La postura de zazen en loto o en semiloto es la que obtiene el mejor resultado de la relación estabilidad-vigilia. En cualquier caso, es fundamental que la postura te permita permanecer inmóvil y atento el mayor tiempo posible. A esto se le llama estabilidad.
2. Actitud emocional. No te apegues ni rechaces emocionalmente ningún contenido de los que aparecen en tu campo de conciencia. Acepta cada sensación, emoción o pensamiento tal y como es, sin elegir ni rechazar. Si aparece en ti el apego o el rechazo, toma conciencia de que el apego o el rechazo han surgido en ti y déjalos estar sin darles importancia. A esto se le llama ecuanimidad.
3. Actitud mental. No tomes partido de nada, sea lo que sea. No juzgues tus propios sentimientos, sensaciones o pensamientos. No digas: "Esto está bien, esto está mal". Si aparecen juicios y valoraciones en tu mente, toma conciencia de los juicios y valoraciones que han surgido y déjalos estar sin darles importancia. A esto se le llama objetividad.
4. Actitud espiritual. No huyas ni persigas nada, sea lo que sea. No quieras alcanzar nada ni liberarte de nada, sea lo que sea. Simplemente quédate ahí, observando, aceptando que cada cosa es lo que es en este momento. A esto se le llama apertura interior.

No emprendas la práctica de zazen buscando resultados inmediatos. La meditación no es una máquina expendedora de refrescos. Enfócate en el presente y olvida el pasado y el futuro. Si continuas practicando cada día con perseverancia, sus efectos irán apareciendo sutil y paulatinamente. Entre ellos cabe destacar:
  • Despertar. Las conciencias sensoriales se agudizan. El nivel de atención aumenta. La conciencia de los actos, palabras, pensamientos y sentimientos se vuelve clara. Esto hace que la mente en general pueda permanecer en un estado de despertar óptimo.
  • Integración. Se reduce la tensión generada por las contradicciones. Las parejas de opuestos (cuerpo-mente, yo-otros, bien-mal, amor-odio) comienzan a trabajar en sincronicidad armónica.
  • Integridad. La armonización de las contradicciones y el estado de despertar te ayudarán a sentirte íntegro y total en tus acciones, palabras y pensamientos. Eres lo que eres y en cada momento estás haciendo lo que estás haciendo, plenamente, con la totalidad de ti mismo.
  • Centramiento. La integridad contigo mismo y en ti mismo te permitirá permanecer en todo momento centrado en tu propio eje, tanto física como emocional y mentalmente. Aunque todo se mueva dentro de ti y/o a tu alrededor, sabrás encontrar el centro inmóvil y morar en él con calma.
  • Apertura. La firmeza interior generada por el profundo centramiento al que induce zazen te permitirá abrirte al mundo sin miedo y, al entrar en contacto con él, podrás tomar conciencia del dolor y del sufrimiento de los demás seres vivientes, así como de la gran oportunidad que es la vida humana. 
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Meditación ZENTANGLE


Arte y Meditación...
En búsqueda de la verdad me tope con esto y me di cuenta que no solo me pasaba a mí! Note que existen innumerable cantidad de personas en el mundo de diferentes edades y géneros, que nos sucede esto, comenzamos a rayar por distracción inconscientemente en cualquier lugar sin notar que esto, esta relajando nuestra mente y cuerpo estamos meditando inconscientemente,  esta práctica ya tiene nombre,”ZENTANGLE”.

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Es un método de dibujo creado por los artistas María Thomas y Rick Roberts que consiste en el trazo de patrones que fomentan la calma y la meditación.
La primera regla: una línea a la vez. Con este sencillo principio en mente, quien realiza esta actividad logra la combinación orgánica de patrones que van creciendo y fluyendo naturalmente, hasta desarrollarse en intrincadas formas y diseños. Por esta razón, otro de sus principios implica la relación de lo simple con lo complejo. Partiendo de sencillas líneas, el Zentangle termina siendo una compleja red de patrones o piezas que, como en un rompecabezas, resultan en un todo.
El dibujo de estos patrones, puede ser realizado por cualquier persona y genera calma, relajación, pues implica un flujo de formas que van generándose intuitivamente. El Zentangle fomenta la creatividad y la sensibilidad artística; ayuda a mejorar la concentración, generando una sensación de temporalidad; mejora la coordinación y la capacidad de resolver problemas.
A partir de su creación, el Zentangle ha ganado muchos adeptos seguidores; se han formado comunidades y páginas de Internet de quienes comparten sus beneficios y desean compartir sus diferentes técnicas. Existen también cursos impartidos por maestros calificados, que enseñan la técnica a quienes desean desarrollar esta habilidad.
El Zentangle implica una filosofía: en la aparente contradicción de los límites establecidos que lo forman, esta técnica libera el espíritu y la voluntad creativa. En palabras de uno de sus creadores, Rick Roberts, se trata de: “un lenguaje no verbal de patrones y proporciones que abre la puerta a nuevas percepciones que parecían estar bloqueadas.”
La técnica pareciera funcionar con el mismo principio que el antiguo arte de trazar MANDALAS: ambos consisten en una acción física que implica un ejercicio mental y que tiene repercusiones positivas recordemos que Jung recurrió a estos protocolos geométricos y arquetípicos como instrumento de sanación.
Así, el Zentangle podría verse como una forma más de meditación moderna.
En un acto intuitivo, el acto de dibujar estos patrones permite, a partir de líneas simples, acercarnos a la complejidad del universo. Además, esta técnica implica principios que podrían aplicarse a la vida misma: el Zentangle requiere trazos firmes e irreversibles, como son las acciones que realizamos todos los días. También, al igual que en la vida de una persona, en esta técnica nunca se sabe cuál será el resultado final, pues su naturaleza, como la del universo, está basada en posibilidades y no en absolutos.
Así que utiliza tu imaginación, relaja tu mente y comienza a crear.
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LA FALSA LIBERTAD

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La falsa libertad es la sustitución de un espacio, en el cual una persona es incapaz de realizarse, con otro espacio.
Un hombre que no aprende o no sabe cómo crecer y profundizar en algo, tarde o temprano se cansará de ello, se cansará del espacio en el que resulta incapaz de realizarse o simplemente corresponder con él. Indudablemente, podemos permanecer mucho tiempo en tal espacio e incluso de nosotros depende si este espacio nos ayuda a distraernos de nosotros mismos. De lo contrario, nos vemos obligados a aplicar muchos esfuerzos. Mientras que cuando el espacio distrae, éste reemplaza al ser humano y entonces la persona cambiará de espacio sólo conforme a que una sustitución reemplace otra sustitución.
Cuando en nuestra vida hay muchas cosas innecesarias, la vida misma se convierte en algo innecesario.
Si el espacio no nos da nada o no podemos encontrarnos en él, entonces tarde o temprano cualquier espacio se convertirá en algo fatigoso. Podemos permanecer en un mismo espacio y conseguir satisfacción sólo si nos estamos mejorando constantemente, es decir, si podemos involucrarnos en algún proceso o, como ya hemos mencionado, si el espacio nos está nutriendo. Si el espacio es más fuerte que nosotros, entonces nos comprime y el ser humano, al no poder dominar esta situación, se va, sintiendo temporalmente un alivio que se llama “falsa libertad”.
Una gran cantidad de gente pasa de un espacio a otro. Bajo el concepto de espacio, en este caso se trata, en primer lugar, de la actitud del ser humano hacia algo, o sea, hacia lo que más le interesa. Supongamos que una persona se está entreteniendo con algo; luego lo deja y se siente libre. Y por un cierto lapso de tiempo, incluso se siente bien con esto. Entonces surge la pregunta: “¿Cuánto tiempo se sentirá bien?”. Pasará un poco de tiempo y volverá a no sentirse bien. Entonces se pondrá a buscar el siguiente espacio en el que o seguirá con algo similar o sustituirá lo similar con algo similar.
Mientras que la orilla de la constancia quede desconocida para nosotros, viviremos en la falsa libertad.
Y de este modo continuará hasta el momento en que la persona se dé cuenta de que la libertad es una cualidad interna personal que nunca puede ser determinada por un comportamiento externo. Nunca puede haber libertad externa; la libertad puede ser únicamente interna. Por supuesto, podemos examinar la situación perfecta en la que el ser humano ha nacido más o menos armónico, vive en un lugar armónico y en una sociedad armónica. En este caso, la persona vivirá en un estado de llenado en el cual no necesita hacer nada. Pero esto tampoco es libertad; es simplemente una condición que no permite empeorarnos en el proceso de la vida.
Esta es una cuestión seria, dado que, como regla general, al cambiar el espacio, la gente no se da cuenta de que ha sustituido lo similar con algo similar o que incluso lo ha empeorado. A veces está protegiendo su posición acerca de por qué ha hecho esto, pero ¡sin comprenderlo!
Y, en general, podrá haber alguna definición sólo si hay algo que definir. Pero la definición aún no es condición para la realización. Es necesaria una fuerza, esfuerzo. Incluso en el espacio más perfecto, una persona se quedará consumida por los falsos esfuerzos como la pereza, la indiferencia.
Y al haber perdido el esfuerzo, faltan las condiciones tanto para el manejo de la libertad, como para luchar contra la falta de libertad.
El esfuerzo del ser humano es la condición para su vida, para su existencia. Una persona a la que le falta el esfuerzo, no podrá expresar su voluntad personal. Lo más peligroso para el hombre es la ilusión de la así llamada democracia. Nunca hubo, no hay y no puede haber una democracia para el hombre libre, puesto que la libertad es el aumento del esfuerzo. El esfuerzo aumenta la fuerza y sólo entonces la fuerza se convierte en una realidad, la auto-dictadura se convierte en una auto-democracia. Es decir, no hay ni democracia ni dictadura. Igual que no puede haber libertad sin dictadura.
Sólo el esfuerzo alimenta el cuerpo, la energía y el cerebro. Sin él, la persona forma una falsa libertad, es decir, una condición para vivir sin el esfuerzo.
Cuando estamos bajo la influencia del medio ambiente o nos organizamos y nos hacemos más fuertes que él (lo que significa independientes), o morimos.
Absolutamente igual es el comportamiento de la vid: está plantada en la tierra por lo que no puede ir a ningún lado. Puede que no le guste la situación: ¿por qué me debo quedar en un solo lugar? Pero le guste o no, las condiciones son así.
Una persona superficial siempre se encontrará en el estado de falta de libertad, dado que en realidad no puede ir a ningún otro lado. Uno permanecerá en el estado de la falsa libertad tanto en un lugar como en otro diferente, porque la libertad posee índices absolutamente físicos.
Como mínimo, la libertad es la energía que satisface al ser humano con lo que es él mismo aquí y ahora. Y tomando en cuenta el hecho de que hoy en día en el mundo no hay sociedades que formen el esfuerzo, el hombre no tiene muchas posibilidades de conocerlo.
Pero ha de quedarnos bien claro que no exhorto a la creación de sociedades que puedan hacer algo, porque la sociedad se crea conforme a las vibraciones en las que se encuentra. Yo simplemente estoy hablando acerca de la comprensión de este proceso. Por eso, hagamos lo que hagamos, debemos darnos cuenta de que ¡en nuestra vida la culpa la tenemos sólo nosotros mismos! Y, ¡realizarnos en nuestra vida podemos hacerlo sólo por nosotros mismos! ¡Tenemos que saber nadar!
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Está claro que nos han metido en el océano, pero esto no significa que no debamos nadar, porque en nosotros permanece lo más fundamental: ¡el proceso! No hay orilla, pero hay proceso. Es mejor nadar sin la comprensión de dónde está la orilla, que encontrar la orilla y vivir sin comprenderla. Porque mientras estemos nadando (se trata de estar en el proceso), estaremos generando fuerza. Cuando aprendamos a generar fuerza, ella nos dará satisfacción por el hecho de estar nadando. Lo más peligroso es, en nuestra insatisfacción, buscar culpables para nuestra propia falta de libertad. Esto es un indicio de nuestra limitación o de que estamos muy lejos de la comprensión real de la libertad.
Si la gente viviera según este concepto, entonces lo más importante que adquiriría serían valores de vida completamente diferentes. El hecho de que uno disponga de diferentes bienes (que por causas poco claras, son considerados bienes), no le hace feliz. Esta persona no sólo declara este concepto, sino que además lo está protegiendo. Y está muy claro: si uno no posee fuerza interior, está obligado a buscarla afuera.
Y todo esto está incluido en el concepto de la falsa libertad: la situación en la que el hombre obtiene una liberación temporal de lo anterior y aún no ha obtenido la dependencia de lo nuevo. Y puedo decir, partiendo de mis observaciones, que este período a menudo dura: de 3 – 6 meses, en los que la persona se defiende; y hasta 3 años, durante los que genera la nueva insatisfacción.
Una persona que no ha aprendido a ser libre por dentro, tarde o temprano cae en la misma situación. Por eso, al principio uno debe aprender a apartarse de lo que le está destruyendo antes de ir a lo que le desarrollará. Y aquí, la disciplina y los entrenamientos regulares son los que le aíslan más efectivamente. Por supuesto, esto a muchos no les gusta, pero mientras que no generemos fuerza, debemos comprender que permaneceremos prisioneros, puesto que somos personas que no poseen fuerza...

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