La Noche Oscura del Alma.
Nunca la Luz es más visible que cuando surge de la oscuridad.
Sólo piensen en los primeros rayos del sol al despertar el día, la cálida luz
de la mañana que baña el mundo. Cuán profundamente puede tocarlos,
especialmente cuando ustedes emergen de la noche oscura y fría. El contraste
crea las dinámicas, vida, movimiento, crecimiento, cambio, de modo que la
oscuridad tiene una función en vuestras vidas. Sin embargo, los seres humanos a
menudo experimentan la oscuridad como una trampa o pozo profundo, oscuro en el
cual quedan atrapados y ya no se pueden mover. Desde ese profundo pozo parece
como si hubieran perdido contacto con la Luz.
Todos ustedes conocen ese estado mental de ser separados de
la Luz, de ser privados de un sentido de significado y propósito en su vida. De
hecho eso es estar muerto. La única forma posible de morir no es la muerte
física, sino cesar cualquier movimiento en su corazón, en sus sentimientos, en
su mente. En realidad, la muerte no existe; vuestra alma es eterna. Lo único
que es mortal en ustedes es sólo la forma; vuestra esencia es eterna y no puede
morir. Sin embargo, ustedes temporalmente pueden perder de vista su esencia a
tal grado que interiormente se vuelven rígidos y dejan de moverse. Están muertos
por dentro y se sienten extremadamente deprimidos. Éste es un estado
inmensamente doloroso.
Usualmente esta reacción es disparada por eventos externos que son disruptivos; sucesos que una persona es incapaz de ubicar en su marco de referencia, y que hace que todo en la vida de esa persona se vuelva incierto. Pueden ser grandes cosas, tales como la muerte de alguien cercano, enfermarse, perder el trabajo o romper una relación. Estos son sucesos que afectan profundamente a las personas y pueden llevarlos al borde del abismo.
Usualmente esta reacción es disparada por eventos externos que son disruptivos; sucesos que una persona es incapaz de ubicar en su marco de referencia, y que hace que todo en la vida de esa persona se vuelva incierto. Pueden ser grandes cosas, tales como la muerte de alguien cercano, enfermarse, perder el trabajo o romper una relación. Estos son sucesos que afectan profundamente a las personas y pueden llevarlos al borde del abismo.
Sin embargo, la oscuridad a veces también puede revelarse
desde adentro sin una clara causa externa. Viejas cargas emocionales que
ustedes alguna vez almacenaron en la memoria del alma salen a la
superficie. Experiencias dolorosas, posiblemente derivadas de vidas anteriores,
brotan de sus profundidades y ustedes tienen que tratar con sentimientos
oscuros, con miedos y dudas. Profundas experiencias de carencia, de soledad y
de ser derrotado pueden entrar en su psiquis sin una razón. Ellos pueden
hacerles perder su apoyo tanto como cualquier evento externo que les ocurra.
Cuando alguien queda atrapado en una depresión, en la oscura
noche del alma, siempre sucede con la experiencia de ser absorbido y de ser
incapaz de arreglárselas con todas las emociones y depresión. El flujo de
emociones dolorosas, pesadas, se experimenta como demasiado grande para
soportarlo. Ustedes son abrumados por ellas, o así parece, y se cierran desde
una profunda sensación de impotencia. En el momento en que lo rechazan y se
niegan a enfrentar las emociones, ustedes se estancan.
Esas emociones quieren fluir; es esencial para las emociones que continúen moviéndose hacia adelante, como el surgimiento de una gran ola en la playa. Pero ustedes tienen miedo de permitir eso, entonces se niegan a acompañar ese movimiento y se retiran de ese torrente de emociones. Construyen un dique, una barrera y dicen: “yo no puedo lidiar con esto. No quiero esto. Quiero terminar con esto”. Vuestra reacción, a menudo por pura impotencia, crea una depresión mas grande, la cual es un estado de entumecimiento y de estar cerrado a la vida. Con el tiempo esta situación se vuelve insoportable y ya no quieren vivir.
Esas emociones quieren fluir; es esencial para las emociones que continúen moviéndose hacia adelante, como el surgimiento de una gran ola en la playa. Pero ustedes tienen miedo de permitir eso, entonces se niegan a acompañar ese movimiento y se retiran de ese torrente de emociones. Construyen un dique, una barrera y dicen: “yo no puedo lidiar con esto. No quiero esto. Quiero terminar con esto”. Vuestra reacción, a menudo por pura impotencia, crea una depresión mas grande, la cual es un estado de entumecimiento y de estar cerrado a la vida. Con el tiempo esta situación se vuelve insoportable y ya no quieren vivir.
Desde una perspectiva terrenal, ustedes quieren morir porque
la vida es intolerable. Visto desde la perspectiva del alma, ustedes están
muertos, y es una experiencia tan insoportable que quieren hacer todo lo
posible para darle un fin a esta situación. El deseo de morir es esencialmente
un deseo de cambiar, un deseo de volver a vivir.
Cuando ustedes experimentan una depresión, hay una
combinación de profunda resistencia y al mismo tiempo de extrema
vulnerabilidad. La depresión es un modo de defenderse contra el enorme poder de
las emociones que amenazan con engullirlos. Piensan que los destruirán,
entonces en vuestra impotencia construyen un escudo alrededor de ustedes; se
envuelven en un capullo de no querer o no ser capaces de sentir nada. Ya no
quieren estar más aquí, tal como el proverbial avestruz con su cabeza en la
arena. Se están sofocando en la arena y aún así eso parece la única forma
posible de salir. Y luego de un tiempo ya no son más capaces de sacar su cabeza
de la arena, la depresión.
Por un lado ustedes no
pueden aceptar sus emociones de miedo, de desesperación, de tristeza y de
soledad, o compartirlas con otros, mientras que por otro lado saben y sienten
que es agonizantemente doloroso vivir sin emociones; eso es una forma de
muerte, una total negación de vuestro centro viviente. Luego de un tiempo
ustedes quieren volver a sentir. El dolor de no sentir es mayor que el dolor de
sentir vuestras emociones. Ésa es vuestra salvación, y éste es el punto de
inflexión. La negación a sentir, y el decir “No, no puedo, no quiero esto,
quiero estar muerto, quiero desaparecer”, los vuelve tan huecos y vacíos por
dentro que ya no pueden sostenerlo más.
El sufrimiento de una
persona deprimida se vuelve muy visible para el mundo exterior. Cuando alguien
descubre cuánto otra persona se preocupa por él o ella, puede surgir una
apertura a más Luz y al recibimiento de comprensión y simpatía. Sin embargo,
también puede suceder que alguien no se abra y permanezca deprimido. Sin
embargo, la vida tiene una fuerza de empuje y de conducción que hace que sea
imposible persistir por siempre en un estado estático de conciencia.
Incluso cuando la vida terrenal termina por realmente tomar
la propia vida, ustedes del otro lado inmediatamente tienen que enfrentar
nuevas elecciones, porque aún tendrán que experimentar ahí vuestros
sentimientos.
La tristeza que estaba ahí mientras estaban vivos, con sus sentimientos de dolor y ansiedad, ahora es capaz de presentarse incluso más agudamente, y de un modo menos velado. A veces el reino astral, donde terminan luego de la muerte, los enfrenta directamente con las emociones que reprimieron y a través de esto comienzan a fluir otra vez. Por ejemplo, alguien puede sentirse desesperado y horrorizado cuando ha fallecido y descubre que la vida realmente no ha terminado; o ven las emociones de sus familiares en la Tierra, su dolor y tristeza, y son muy afectados por esto. Al ser tan tocados, un nuevo flujo puede ser puesto en movimiento en el alma de quien ha muerto. Puede llevar a un punto de inflexión, haciendo que el alma se abra a recibir ayuda de guías quienes siempre están ahí, tanto en la Tierra como en el cielo. La ayuda siempre está ahí, provista por vuestra apertura a ella.
La tristeza que estaba ahí mientras estaban vivos, con sus sentimientos de dolor y ansiedad, ahora es capaz de presentarse incluso más agudamente, y de un modo menos velado. A veces el reino astral, donde terminan luego de la muerte, los enfrenta directamente con las emociones que reprimieron y a través de esto comienzan a fluir otra vez. Por ejemplo, alguien puede sentirse desesperado y horrorizado cuando ha fallecido y descubre que la vida realmente no ha terminado; o ven las emociones de sus familiares en la Tierra, su dolor y tristeza, y son muy afectados por esto. Al ser tan tocados, un nuevo flujo puede ser puesto en movimiento en el alma de quien ha muerto. Puede llevar a un punto de inflexión, haciendo que el alma se abra a recibir ayuda de guías quienes siempre están ahí, tanto en la Tierra como en el cielo. La ayuda siempre está ahí, provista por vuestra apertura a ella.
No importa de qué modo ustedes giren o viren, la vida es más
poderosa que cualquier deseo de morir. Por lo tanto, siempre hay esperanza.
Aférrense a eso por ustedes mismos, pero también por otros a quienes ven sufrir.
Las cosas pueden parecer tan desesperanzadas a veces, pero siempre hay otra
mirada, aunque ustedes no puedan imaginar en vuestras mentes cómo eso pueda ser
y cómo el cambio va a tener lugar. La vida siempre es más fuerte que la muerte,
la Luz es más fuerte que la oscuridad. Finalmente el agua rompe el dique,
porque el agua tiene el poder de mover; empujar, ¡está viva! El poder del agua
es mayor que la fuerza de resistencia que quiere retenerla.
Sientan por un momento la fuerza conductora de vida en ustedes
mismos. Cada uno de ustedes a veces se encuentra con partes que están
atrapadas, patrones que se repiten indefinidamente: dudas acerca de ustedes
mismos, sentimientos de inferioridad, incertidumbre, desconfianza, ira,
resistencia. Ahora imaginen que esas partes sólo están ahí y que la vida
continúa fluyendo, y aunque permanecen rocas en el arroyo que parecen tan fijas
e inamovibles, aún son desgastadas por el movimiento y el empuje del agua que
corre a través de ellas. Lleva tiempo, pero no olviden quiénes son: ¡ustedes
son el agua viva! Cuanto más se recuerden esto, más podrán reclamar la energía
de esas piedras y rocas que yacen en el arroyo. Hay dolor del pasado que sigue
estando ahí. Ustedes no tienen que minimizarlo, o hacerlo irrelevante, pero tampoco
tienen que cargar con las piedras del río. Es suficiente con recordar que
¡ustedes son el agua! una enorme vía fluvial. Porque eso es lo que son; ésa es
su verdadera fuerza vital.
El agua es vuestra alma, y no puede ser retenida. Siéntanla
fluyendo y moviéndose y resplandeciendo. Imaginen que se derrama sobre ustedes
lavándolos y sientan la fuerza burbujeante, la Luz que centellea en ella.
Sientan cómo vuestra alma, en su parte más profunda, no es amenazada por la
oscuridad que experimentan. Recuerden el agua, la luz y la facilidad con la que
fluye.
No tienen que hacer todo ustedes mismos. La vida los provee
con infinitas oportunidades y posibilidades. A veces podría llevarlos dentro de
oscuros y profundos valles, pero también los impulsa hacia arriba otra vez
hacia la Luz. Incluso cuando tienen la sensación de no poder luchar más, y no
pueden ver cómo las cosas alguna vez puedan salir bien, la vida aún los
impulsa. El arte de vivir es preservar vuestra confianza, incluso cuando no
parece quedar nada en qué confiar y cuando todo lo que para ustedes era cierto
ha desaparecido de su vida. Permanezcan en vuestro propio proceso, vuestro
propio camino, eso es suficiente. Sientan la poderosa confianza en la vida, no
sólo en ustedes, sino en muchos otros, con la cual una ola de conciencia está
inundando la Tierra.
Maria Magdalena