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Meditación guiada

 



Para una mejor práctica, puedes leer el siguiente artículo, donde se te explica detalladamente como realizar la meditación. 

Gracias 🫂 

https://ggotasderocio.blogspot.com/2024/05/meditacion.html

Meditación

Cómo realizar una buena meditación 


Lo primordial es la concentración 

La práctica de la concentración se realiza y perfecciona con el ejercicio. A este propósito será conveniente dedicar cada día a este entretenimiento un período variable entre diez minutos y una hora, aprendiendo a dirigir la atención hacia el centro de nuestro ser individual.

Es conveniente que sea todos los días a la misma hora y en el mismo lugar, aunque sin necesidad de hacer de esto una regla absoluta e irrevocable, con el objeto de facilitar la cooperación de la parte instintiva o subconsciente de la mente, que tiene por características el hábito y la tendencia a repetir las mismas experiencias en las mismas condiciones cíclicas de tiempo y espacio.

Hay que sentarse en la posición que cada cual considere más cómoda y conveniente.

Puede ser en posición del loto, con la condición de que la espina dorsal esté perfectamente libre y derecha, descansando en ella el tronco y cabeza. Para que este último objeto pueda realizarse, los hombros tienen que inclinarse un poco hacia atrás, dejando libre la expansión del pecho para el ritmo de la respiración, sobresaliendo este último más que el vientre.


La respiración ha de ser lenta y profunda, de manera que el ritmo de la misma pueda combinarse, consciente o automáticamente con la meditación. 

Se llenará primero la parte más baja de los pulmones, curvando ligeramente el vientre hacia fuera con la distensión del diafragma, y expandiendo luego la parte mediana y superior del pecho. Pero todo el movimiento debe hacerse lo más naturalmente posible y sin tensión.

En esta posición suelte toda tensión desde lo exterior, concentrando la atención únicamente hacia adentro, relajando así naturalmente los músculos y nervios de las distintas partes del cuerpo, y los órganos de los sentidos: la atención y la energía deben dirigirse únicamente al centro, la línea vertical constituida por la espina dorsal.

Fíjese muy bien la atención en esta línea interior central de nuestra vida, que es el eje principal de nuestro centro. Manténgase esta idea muy clara en la mente, meditando atentamente sobre su sentido: en esta línea se encuentra el punto central de nuestra conciencia, en el cual se enfoca la Realidad, subiendo y bajando aparentemente entre los dos extremos, la base del cuerpo y el vértice de la cabeza. Considérese este punto interior polarizado y enfocado exteriormente en una línea, como centro y realidad de nuestra vida, de todo lo que somos o podemos ser, esencia de todas nuestras cualidades y facultades, fuente primordial de todo lo que puede aparecer exteriormente en derredor de nosotros y tomar forma en el círculo de la existencia.

Puede imaginarse este centro como un corazón, como Centro o Principio creador de nuestro ser y también como un ojo divino o una estrella luminosa y radiante. Pueden tomarse estos símbolos aislada o sucesivamente, y también combinarse, pues lo esencial es fijar, por medio de los mismos, la atención en la realidad única que se encuentra dentro y más allá de nosotros mismos.

Puede también repetirse en silencio alguna afirmación como por ejemplo:

  • Soy un centro de vida, de luz, de sabiduría, de amor.
  • Dios en mí es vida infinita, eterna, perfecta, inmortal, infinita luz, infinita paz, infinita sabiduría, infinito amor.

Sobre todo, hemos de imaginarnos a manera de centros radiantes de Vida, Luz, Sabiduría, Fuerza, Sustancia y Poder, manifestando la Esencia Única desde el centro a la periferia, de cuanto queremos y deseamos. La vida es manifestación o expresión y todo lo que queremos y deseamos podemos adquirirlo según nuestra capacidad de darlo: por lo tanto, hay que buscar interiormente, en nuestro  Ser, la sustancia primera de lo que queremos manifestar.