El egoísmo, esa plaga de la humanidad, debe desaparecer
de la tierra.
El planeta Tierra es una escuela viviente de opuestos y divisiones. Lo mucho va de la mano de lo no suficiente. El rico baila con el pobre. El feliz abraza al triste. La verdad se sienta junto a las mentiras. La Tierra y sus sombras se manifiestan entre la población.
El egoísmo esa actitud que posee el ser humano de solo obrar por su propio interés sin importarle nada. está terminando con nuestra humanidad.
es necesario que cada uno, ponga todo su cuidado en combatir su
egoísmo, porque este monstruo devorador de todas las inteligencias, ese hijo
del orgullo, es el origen de todas las miserias de la tierra. Él es la negación
de la caridad, y por consiguiente, el más grande obstáculo para la felicidad de
los hombres.
"Sí la caridad reinase sobre la tierra, el malo no tendría imperio”.
Empezad por dar el ejemplo vosotros mismos,
sed caritativos para todos indistintamente sea su color, religión o credo y
dejad a Dios el cuidado de toda justicia.
Ciertamente Dios nos creó para ser felices en la eternidad; sin embargo, la
vida terrestre debe únicamente servir para nuestro perfeccionamiento moral, el
cual se adquiere más fácilmente con la ayuda de los órganos y del mundo
material. Sin contar las vicisitudes ordinarias de la vida, la diversidad de
vuestros gustos, de vuestras inclinaciones y de vuestras necesidades, son también
un medio de perfeccionamiento. Porque sólo a costa de concesiones y de
sacrificios mutuos podréis mantener la armonía entre elementos tan diversos.
La verdadera caridad es una de las más sublimes enseñanzas que Dios haya dado
al mundo. Entre los verdaderos discípulos de su doctrina, debe existir una
fraternidad completa. Debéis amar a los desgraciados y a los criminales, como a
criaturas de Dios. La caridad no consiste solamente en la limosna que hacéis,
ni tampoco en las palabras de consuelo con que podéis acompañarla, no; no es esto
sólo lo que Dios exige de vosotros. La caridad sublime enseñada por Jesús
consiste también en la benevolencia concedida siempre y en todas las cosas a
vuestro prójimo.
Recuerda que todo lo que hacen, toca a otro. Al igual que un pequeño guijarro
arrojado a un lago silencioso, las ondas se ven y se sienten de un extremo al
otro. Todo cuenta y no puede ser de otra manera...